miércoles, 10 de febrero de 2010

Perdidos

Hola a todos y feliz año, ha llovido bastante desde mi última entrada, ya que hace unos cuantos meses que no escribo y las reservas de agua de mi ciudad parecen estar en los mejores niveles de los últimos 20 años. Os podría aburrir con unas cuantas líneas sobre que he hecho estos meses pero mejor tratemos temas que realmente tegan algún interés.

Empecemos por el título: Perdidos, ¿una serie? Efectivamente lo es, pero lo divertido es su similitud con la situación económica de España y en especial con las medidas adoptadas por el gobierno.
Por supuesto no me gusta juzgar ni culpar y mucho menos en casos de este tipo. Por ejemplo, vas tranquilamente de viaje en un avión y te estrellas en una isla. Es algo completamente inesperado, y por tanto es previsible que durante tu estancia en la isla las cosas salgan mal. Pues esto es algo parecido, te presentas a unas elecciones, vas apaciblemente camino de perder, y de repente..... Has ganado. Lo que viene después no hace falta que lo explique, sencillamente abran un periodico por una pagina al azar, excluyendo las secciones de pasatiempo, anuncios eróticos o deportes, y sabrán a qué me refiero.

En especial voy a hablar de una medida que entrará en vigor dentro de poco, la famosa subida del IVA. Según estudios recientes, esta medida conseguiría recaudar unos 500€ adicionales por contribuyente anualmente y su objetivo sería aumentar la recaudación del estado para paliar el cada vez mayor deficit.

Vayamos por partes, la medida me parece desafortunada, ya que va en contra de la ideología de un partido de izquierdas y de los principios básicos de economía relacionados con el progresismo, tal y como lo llaman algunos. Se suponía que un partido de izquierdas protege a las clases trabajadoras, y por tanto en terminos de tributación solían subir los impuestos directos, es decir, aquellos que repercuten sobre la riqueza y el nivel de renta. Sin embargo han optado por pegar donde más duele, en los impuestos sobre el consumo, en los indirectos, aquellos que afectan de la misma forma a todos sea cual fuere su nivel de renta.
Otro aspecto interesante es que el consumo se encuentra en horas bajas, donde el comercio se ve obligado a hacer rebajas permanentes para incentivar a la gente a consumir. Por tanto una subida hace un flaco favor a un sector muy diezmado por la coyuntura.
El siguiente aspecto a tratar es sin duda alguno mi favorito, y los que me conocen saben que abuso de esta teoria permanentemente. Es más, la mayoria de las veces que la he mencionado no venía al caso, pero esta vez, por fin, se ajusta perfectamente a nuestro tema, les hablo de la Curva de Laffer.

Esta teoria fue formulada por un economista norteamericano llamado Arthur Laffer, quien la esbozó por primera vez en una servilleta para explicarsela a Dick Cheney, en los años setenta. Pero anecdotas aparte, esta teoria es tan buena como simple. Lo primero que tenemos que observar es el dibujo, la curva en sí.


En el dibujo vemos algo bastante simple. Para empezar tenemos un punto A donde la tasa impositiva es 0 y por tanto la recaudación es 0 igualmente. En su lado opuesto tenemos E, con una tasa del 100%, tan alta que nadie ofertaría ni demandaría productos, con recaudación 0 también. El siguiente punto a tener en cuenta es el C, donde la recaudación es máxima, y en ningún caso implica una tasa del 50%. C representa una tasa impositiva hipotética y óptima, que por desgracia no es sencilla de estimar. El siguiente punto es el B, donde una subida de impuestos conllevaría un aumento de la recudación. Y por último, tendríamos D, donde una bajada de los impuestos, una reducción del tipo impositivo, nos permitiría aumentar la recaudación.
Esta sencilla teoria no es ningún descubrimiento, aunque me da la impresión que ciertos asesores economicos podrían desconocerlo. Aún así he añadido una línea que profana el dibujo original, y es la línea que conecta B con D. Esta línea, que me he sacado de la manga, me ayuda a explicarles por qué razón creo que el gobierno se equivoca.

Una vez más es algo simple, sí tenemos expectativas erróneas, los resultado que podemos obtener pueden ser desastrosos. Nosotros pensamos que la economia se va reactivar, que vamos a crecer, que el paro va a disminuir y que el consumo va a aumentar con fuerza. Con esta información fijamos una futura subida de impuestos. Según las expectativas del gobierno, estamos claramente en el punto B. Y posiblemente sería cierto, si las previsiones tambien lo fueran. Sin embargo la realidad es que dichas previsiones ni se parecen a la realidad, es más, algunos meses depués puedo afirmar que son totalmente opuestas. Por tanto esas circunstancias hacen que nos situemos en D, donde la medida actuaría exactamente cumpliendo nuestro objetivo. Tanto en B como en D el tipo impositivo sería el mismo, ya que sería el que tenemos actualmente, es decir 16% Esto es algo más complicado de ver y comprender, ya que la curva no está a escala y en el modelo original de Laffer no era así.

Lo que trato de decir es que la curva de Laffer, tal y como yo la veo, no sería estática, sino dinámica. Es decir, los únicos puntos fijos y ciertos serían el 0% y el 100%. El resto cambiaría constantemente según la coyuntura económica. Si hicieramos el dibujo proporcionado y a escala dejaría de tener forma de campana, de modo que más fácil que eso, es varíar los tipos y las recaudaciones. En el caso de España B y D son ambos el 16%, lo que puede parecer ilógico, pero su justificación es que representan claramente dos puntos en el tiempo completamente distintos, y por lo tanto las circunstancias hacen que una medida en dos puntos del tiempo distintos, pueda tener repercusiones perfectamente opuestas. En esta variación del modelo habría que tener mucho cuidado al observar el eje que representa la tasa impositiva. Pues en el postulado original se interpreta que existen dos tasas impositivas distintas, B y D, con el mismo nivel de recaudación, siendo en ese caso D>B. Mí idea para que un modelo económico funcione, es que sea realista, y por tanto debe de tener en cuenta posibles variaciones, como en este caso la situación económica.

Concluyendo mi visión de la curva de Laffer, la idea es que la coyuntura económica provocaría ajustes en dicha curva, y por tanto, valorando los nuevos datos, donde antes convenía subir los impuestos, ahora resulta más efectivo bajarlos.

Por hacer un símil, es como el precio de las agendas y calendarios con respecto a la demanda. Es un articulo que nunca pasa de moda, siempre se demanda, pero su precio fluctúa a lo largo del año. El caso de este año, en noviembre quería comprarme una agenda para 2010 que vi en OpenCor, no recuerdo su precio, pero supongamos que unos 10€. Hace una semana fui, y la encontré con un 25% de descuento, pero lo divertido es que antes de marzo llegará tener incluso un 70% de descuento.
Este ejemplo no se ajusta exactamente a la economía de España, ya que las agendas tienen fecha de caducidad y los impuestos no, pero la idea, es que en función de la circunstancias, a veces es mejor vender 10 agendas a 5€ que 3 agendas a 10€. Respecto a los impuestos, quizás sea mejor que se reactive el consumo, animado por una reducción de impuestos. No digo que necesariamente la reducción del impuesto del IVA, genere una mayor recaudación, ya que en los distintos países donde se llevó a cabo se obtuvieron distintos resultados. Pero incluso si la recaudación por IVA no aumentara, la disminución de este impuesto y posiblemente de algunos otros, podrían reactivar el consumo, y en conjunto, su sinergia llevaría un numero de relaciones causa-efecto muy positivas.


Relaciones Causa-efecto.

Esta idea se refiere a como una sucesión de pequeños hechos, aparentemente sin relación, pueden llevarnos a solucionar un grave problema.
En España hay un altísimo número de funcionarios cuyos puestos de trabajos son intocables, así como sus sueldos. A eso sumémosle, un pequeño grupo de personas con puestos de trabajo fijo, sin riesgo de perderlo y con situación económica holgada. Para estas personas no hay crisis, qué clase de crisis hay para un funcionario, todo lo contrario. La mayoría de los comercios están haciendo ofertas alucinantes, muchos restaurantes han bajado los precios y los viajes son cada vez más asequibles. El problema es que la mayoría de esta gente tiene miedo, porque la situación económica es realmente mala. Si conseguimos estimular la economía, empezando por el consumo de determinadas clases, podría ser un buen comienzo. Si aumenta el consumo, llegará un momento en el que las necesidades de demanda, obliguen a un aumento de la producción, y eso irremediablemente se tiene que traducir en la modificación de la tendencia del desempleo, y al menos este frenaría su crecimiento. Pero para ello lo primero, es dar confianza y credibilidad. Este hecho en sí genera un bucle, en el que cada vez se demanda más y se genera más empleo. Hasta el punto en el que el precio del producto aumenta, debido a que el paro disminuye y los trabajadores demandan mayores salarios, o no se puede aumentar la producción y por ello se aumenta el precio, generando problemas de inflación, pero ese es otro tema.

Para dar credibilidad se deben hacer previsiones y acciones realistas. Ahora existe una gran oportunidad, con la reducción de ministerios a un 25%, es el momento perfecto de demostrar algo de humildad y recuperar la confianza de la gente. No importa que fuera propuesto por la oposición, la cuestión es que resulta necesario. El siguiente punto que nos permitiría abordar, si recuperamos esa confianza, sería el aumento de la inversión. El dinero tiene una propiedad similar a la energía, y es que este solo se transforma, nunca desaparece, lo que en el caso del dinero sería que cambia de manos, pero nunca desaparece. Por tanto, por mucha crisis existente que haya, sí hay dinero, la cuestión es dónde se encuentra y cómo hacemos que vuelva. Un dato, el ahorro de los españoles ha crecido en el último año. Si España vuelve a parecer un país serio y no una fabrica de parados, la aguas volverán a su cauce pues este país aún tiene mucho que ofrecer al mundo. Al final del proceso, aumenta el empleo y aumenta la riqueza, por tanto las posibles pérdidas de la bajada de impuestos, se compensan y superan ampliamente por la recaudación en impuestos directos, ya que la riqueza aumentaría. Y respecto al empleo, se gastaría menos en prestaciones y se recaudaría más en cotizaciones y seguros sociales. Conclusión, el estado recaudaría más, sin aumentar la presión fiscal.

Con toda esta larguísima historia solo trato de explicar que si nos equivocamos con nuestras previsiones, y actuamos acorde a estas, nuestros objetivos no se cumplirán. Los hechos hay que analizarlos en conjunto y no de forma aislada, porque lo que se gana por un lado, se puede perder por el otro.
Por supuesto son necesarios muchos cambios, principalmente una reforma que aporte flexibilidad laboral, tema que trataré en próximas entradas. Sé que aquí, desde donde yo estoy sentado es fácil culpar a otros, pero soy el primer interesado en que todo cambie y vuelva a ser como antes. Esto no es más que una opinión y ni mucho menos tiene que ser la correcta. Este es un gran país y espero que lo siga siendo.

Tenía algo que decir y por ahora esta dicho.


Película: Avatar ( James Cameron)

Libro: Oscar wilde en paris (Herbert Lottman)

Canción: Slow Dancing in a burning room (John Mayer)