miércoles, 28 de enero de 2009

No tengo ninguna pregunta para usted

Lamentablemente, parece que este espacio de libre expresión se ha convertido en una especie de blog sobre política. Créanme, no era mi intención, pero es que la política me persigue allá por donde voy. El lunes, cansado de mis labores me decidí a ver algo entretenido en la televisión. Por paradójico que parezca, termine viendo un programa de TVE donde un grupo de personas le hacen preguntas a alguna celebridad, en este caso el presidente del gobierno.

El programa tuvo una línea interesante, sobre todo crítica, me agradó ver como sudaba el señor Zapatero ante algunas preguntas más que comprometidas, no como en las aburridas y prefabricadas ruedas de prensa a las que nos tienen acostumbrados en el Congreso, él y su colega Rajoy. Pero como decía Cánovas de Castillo la política es el arte de lo posible, en este caso quedo demostrado pues el presidente contestaba lo que quería y como quería. Desde luego mostró capacidades, todo un torero del dialogo. Pero si nos centramos en su discurso en general o en algunas de sus contestaciones están bastante vacías de contenido, era como un vaquero con balas de fogueo, si lo miras, sus movimientos y el sonido de su arma son perfectas, pero si miras al lado contrario veras que no ha conseguido derribar a nadie. Una buena actuación al fin y al cabo y por lo que se ve, es lo que la gente quiere: mucha interpretación pero poca acción.

Si yo hubiera ido al programa posiblemente hubiera estado de figurante, como un señor de vestimenta informal, algo grueso y con gafas de sol que finalmente que estuvo para que el plató diera la imagen adecuada. Como él otros muchos, pero este en especial me llamaba mucho la atención por su expresión tremendamente inquietante, en definitiva solo un personaje pintoresco.

Para ser sincero, algunas preguntas me divirtieron bastante, como la de una joven de Angola que le preguntó si se le había pasado por la cabeza dimitir en algún momento. Si me lo hubieran permitido, le hubiera explicado a aquella chica, que en España si hay alguna costumbre popular, es que, seas de izquierdas o derechas, una vez llegues al poder todo es posible menos dimitir. Mejor sería que dimitiera el pueblo, que para eso le votó, como seguro ha pensado alguno.
En ocasiones resultaba llamativo ver como el señor Zapatero se dirigía de tú y de usted a una misma persona en la misma frase. Tampoco quiero ser excesivamente crítico pero les diré la verdad, en el fondo esto no sirve de mucho si a la gente de la igual lo que diga y no se molestan en pensar un poco por su cuenta, y lo digo porque analizando las repuestas hubo incongruencias por todas partes. Y no me refiero al léxico ni a la gramática, que para eso esta Magdalena Álvarez, sino a las ideas que trataba de transmitir. Por señalar algún detalle, dijo que los autónomos recibieron la famosa ayuda de los 400€, lo cual es una soberana mentira, pero más importante es que nadie allí se lo dijera. Quizás el momento culmen de la ironía fue verlo decir que las armas que le vendemos a Israel no se usan para matar palestinos, supongo que dispondrá de algún satélite de gominola que le permite acceder a información de precisión máxima como por ejemplo........ ¿Una previsión del paro?
Y para pasar a otro tema cuando te han pillado, y realmente no sabes que decir, en vez del clásico paso palabra, utilizó la siguiente frase: Esa es la grandeza de la democracia.
La democracia desde luego esta demostrando su grandeza, y con algunos parece que esta siendo bastante comprensivo.

Les prometo que para la próxima entrada trataré de no tocar la política, para no ser repetitivo, pero para ser sincero es un comodín al que siempre se puede recurrir. También quiero dar las gracias a todas las personas que están leyendo este blog, así como animarles a que me manden emails con sus opiniones o cualquier cosa que quieran decir. Mi correo figura junto a la caricatura que hay en la parte superior de la página. Próximamente iré introduciendo algo de poesía en el blog, que es otro tema que me apasiona, y de momento me da más alegrías que la política.

Tenía algo que decir y por ahora está dicho.

Canción: Live alone (Franz Ferdinand)
Película: Retorno a Brideshead (Julian Jarrold)
Libro: Oscar Wilde y una muerte sin importancia (Gyles Brandreth)

viernes, 23 de enero de 2009

Díos bendiga a América

Por fortuna no todo son malas noticias en el mundo de la política. Si la última vez les hablaba sobre una cruel villana de la conversación, hoy paso a hablar sobre un héroe. No me malinterpreten, no quiero parecer un vulgar aprovechado que se sube al carro de Obama, habrán tenido ocasión de ver a algunos en los medios de comunicación.
La verdad sea dicha, el discurso de Obama me llegó al alma, a lo más profundo. Sin ser un discurso puramente lírico, tenía algo que echaba mucho de menos, sentido en las palabras, transmitía honestidad, el poder hacerte creer que el cambio es posible, sencillamente tenía credibilidad.

Vuelvo a creer en la política, con permiso de los dirigentes españoles de gallinero y medio pelo, de los charlatanes que solo mandan mensajes vacíos, de los parlamentarios que solo conocen la lealtad a guardar la silla y de una clase política acabada. Vuelvo a creer que hay personas que quieren un mundo mejor y que solo defienden los intereses de su gente, más allá de cual sea su signo político.

El Presidente de los EEUU ha incluido en su equipo a miembros del partido republicano, e incluso a mantenido en su cargo a un miembro del equipo del anterior presidente, George Bush. Esto en España es absolutamente impensable, se imaginan al señor Zapatero nombrando ministro a un miembro del Partido Popular, verdad que no, se imaginan que Rodrigo Rato hubiera seguido al frente del ministerio de economía, supongo que para eso es necesario que uno quisiera defender los intereses del pueblo y no mantenerse en el poder varias legislaturas. Aquí preferimos contentar a los votantes y dejar que el país se vaya a un banquete de moscas.

El martes era difícil ver otra cosa en televisión, cuatro millones de americanos inundaban las calles y las pantallas, pero no me cansé de ver a un pueblo unido, a un pueblo al que envidio profundamente. Un pueblo que puede reunirse junto a su bandera a cantar su himno sin avergonzarse, sin el riesgo de que los acusen de fascistas. Un pueblo donde el patriotismo no entiende de ideologías, donde nadie agacha la cabeza o mira a otro lado al escuchar el nombre de su país. Un país sin complejos que como ha dicho su presidente no va a pedir perdón por su forma de vida, aunque en realidad habría que darle las gracias por ser como es, yo desde luego lo haría.

¿Por qué es malo amar a tu país? Escucho todos los días a personas criticar sistemáticamente el sistema de vida americano, se ríen cuando los ven llorar al escuchar su himno nacional o al honrar a su bandera. No espero que lo compartan, pero al menos compréndanlo y respétenlo. No obstante es curioso ver como la borreguil sociedad española deja prostituir su opinión, de la misma forma que su presidente del gobierno o los medios de comunicación. Hemos pasado de no levantarnos en los desfiles cuando pasa la bandera de las barras y las estrellas, y del más profundo antiamericanismo de los intelectuales de la cejita al polo opuesto.
Tras el discurso de Obama, el miércoles mi vista y mis oídos volvieron a ser castigados. Tras ver en las noticias a Obama y después a Zapatero comentar el discurso, no pude evitar sentir admiración por el primero, y tan solo algo de lástima por el segundo. Fue un discurso laico, fue un discurso social-demócrata, fue…… Sandeces de este tipo las tuve que escuchar y leer durante todo el día, ahora queremos ver prados en medio del mar. Somos así de incongruentes, tanto que intentamos vender la idea de que la religión no tiene ningún peso en EEUU, al igual que supuestamente en España. Les citaré textualmente algunas frases alusivas a Dios en el discurso:

“la promesa divina de que todos son iguales, todos son libres y todos merecen la oportunidad de alcanzar la felicidad plena.”
“según las palabras de las Escrituras, ha llegado el momento de dejar de lado los infantilismos.”
“Esta es la fuente de nuestra confianza - el saber que Dios nos llama a dar forma a un destino incierto.”

Esto no quita que como tambien se dijo en el discurso, EEUU sea un país donde tienen cabida todas las religiones, incluidos los que no creen. Pero saben cual es el problema, que la mayoría ni siquiera se ha leído el discurso, y si Zapatero, la ser, el país, o el espíritu laico dicen algo sobre el tema nadie se va a molestar en comprobarlo, digamos que sus palabras van…… ¿A misa?.

Por desgracia las cosas son así de tristes, si me permiten un consejo, les diré que no tienen porque creer lo que diga la prensa, la radio, un periodista, o incluso lo que les pueda decir yo. Infórmense y que nadie les engañe, saquen sus propias conclusiones y así cuando conversen, tendrán argumentos, algo que en nuestra sociedad brilla por su ausencia. Aunque si no tienen ganas de pensar, hagan lo que la mayoría, tomen opiniones ajenas como propias.

Tenía algo que decir y por ahora está dicho.


Canción: Babylon (David Gray)
Libro: La paradoja del bronce (Manuel Conthe)
Pelicula: RocknRolla (Guy Ritchie)

martes, 13 de enero de 2009

El arte del mal conversador

En la vida de toda persona siempre hay personajes que te influyen, unos para mejor y otros para peor, pero como ya dije lo importante es lo que estas personas te puedan aportar. En consecuencia, tenemos héroes o personas a las que admiramos y por supuesto, personas que no nos agradan tanto. En mi caso, como amante de la buena conversación Oscar Wilde se convirtió en un referente para mí, pero…. ¿Existe el anti-héroe de la conversación? Por desgracia puedo decir que hay muchos, quizás demasiados, y no me refiero a personas que cometan un error al hablar, o que carezcan de ingenio en su conversación, lo cual no es reprochable, me refiero a las personas que pese a no saber hablar, tratan de erigirse como ejemplo.

Una de las personas que quizás esté de actualidad por declaraciones de dudoso valor sea la todavía Ministra de Fomento. Según Wikipedia, Magdalena Álvarez, natural de San Fernando, es doctora en ciencias económicas por la universidad complutense de Madrid, además de profesora de la UNED y otras escuelas de estudios post-universitarios de gran prestigio. Por tanto no estamos ante una mujer analfabeta, estamos ante algo mucho peor, estamos ante la dejadez de la lengua, la degeneración del castellano y la ridiculización del acento andaluz.
¿Realmente piensan en el resto de España que esta señora habla así por una cuestión de acento? Les diré que si habla de tal forma es por su nulidad para oratoria. Esta ministra podrá representar muchas cosas, incluyendo un ministerio, pero nunca a una comunidad como Andalucía, como mucho a su comunidad de vecinos, pero nada más. No es un icono, y ni mucho menos ejemplo de nada, ni para nadie. Acaso cree alguien que se podría equiparar a un político de la talla de Felipe González, andaluz, de Sevilla y por consiguiente, con acento de la tierra, con esta señora. ¿Alguien piensa que hablan parecido? Si lo observan, se darán cuenta que el caso Álvarez el algo muy particular.

Lo realmente llamativo es la facilidad que existe en este país para convertir en victima a una autentica villana del lenguaje. Es cierto que las palabras de Monserrat Nebrera en las que afirmaba que la señora Álvarez tenía un acento de chiste fueron cuanto menos desafortunadas, bajo mi punto de vista por no ser lo suficientemente concretas. Lo que trato de decir, es que la ministra en cuestión, tiene un acento de chiste, que para nada tiene que ver con el acento andaluz. Es más, me atrevería a decir que la frase más apropiada sería que la señora ministra tiene un lenguaje de chiste. Conozco a gente de pueblo con acento andaluz bastante más cerrado que el de esta señora, que bien podrían darle clases sobre como hablar en público.

Cuando era pequeño pensaba que para entrar en el mundo de la política había que tener unas habilidades especiales, pensaba que para llegar a ser ministro había que ser una persona de gran valía. Pero al parecer son habilidades que bien se podrían adquirir en las subastas de la lonja del puerto, por desgracia son destrezas más cercanas al manojo de rábanos que al arte de conversar.

Si a alguno le apetece deleitarse con alguna de las perlas de esta extra-ordinaria mujer, visiten la siguiente dirección:
http://es.wikiquote.org/wiki/Magdalena_%C3%81lvarez
Aunque si lo que desean es leer frases realmente extraordinarias, por favor, busquen algo sobre Wilde.

Tenía algo que decir y por ahora está dicho.

Canción: I'm your villain (Franz Ferdinand)
Libro: Las mejores frases de todos los tiempos (Des MacHale)
Película: Bienvenidos al norte (Dany Boon)

jueves, 8 de enero de 2009

Declaración de intenciones

Al igual que cuando coincides con un desconocido en un ascensor, las primeras palabras son a veces difíciles y no siempre acertadas. Este es un caso similar, solo que aquí no es probable que sea la otra parte la que decida romper el hielo y por supuesto queda prohibido hablar del tiempo. No trato de ser original ni mucho menos, solo de transmitir la realidad tal y como la veo, y para mí la realidad, la vida, se basa en el dialogo y en la conversación.

¿Qué serían los recuerdos, sin la voz de las personas que forman parte de ellos? Bajo mi punto de vista no serían recuerdos, sería un álbum de fotos o una postal de aquel magnífico viaje, pero la esencia de lo que vivimos se encuentra en nuestra capacidad de comunicarnos, de enriquecernos de lo que otras personas nos puedan contar o le contemos nosotros.
Seguro que si nos paramos a recapacitar, y pensamos en muchas de las frases, coletillas y demás expresiones que utilizamos al hablar nos daremos cuenta que rara vez son una ocurrencia propia. Sencillamente un día la escuchamos y decidimos que merecían formar parte de nuestro vocabulario.

Por eso me encanta la conversación, porque la buena conversación te hace pensar y te ayuda a conocerte mejor, te hace sacar lo mejor y lo peor que llevas dentro y te permite indagar en el interior de las personas con las que hablas. Por supuesto esta pasión por hablar sin casi poder parar ha sido una constante en mi vida, pero solo fui consciente del poder y la valía de esta cuando llegó a mis manos un libro titulado La importancia de llamarse Ernesto. Yo nunca fui un gran lector, y de hecho no lo soy, pero cuando llegó a mis manos este libro no pude evitar terminarlo con cierta brevedad. No es una novela, es una obra de teatro, o lo que es lo mismo, una gran cantidad de diálogos entre una serie de personajes. Lo que me atrapó de este libro fue la inteligencia de los diálogos, el lenguaje con doble sentido, la fina ironía y el genio que cada frase contenía. Ni que decir tiene el valor que la figura de Oscar Wilde tomo para mí desde entonces, y si por algo era conocido, precisamente fue por su conversación cautivadora, inteligente y siempre mordaz.

Ni mucho menos me comparo con él, o trataré de emular sus formas, simplemente quería explicar que te lleva a invertir parte de tu tiempo en escribir, al menos en mi caso. Al fin y al cabo por algo hay que empezar, y para ser la primera entrada tampoco quiero poner el listón muy alto.

¿ De qué se va a hablar en este blog?
Ojalá lo supiera, eso haría las cosas más fáciles, pero acaso cuando vas a tomar café con algún amigo preparas el tema del que vais a tratar, es más, ¿Sabéis de que vais a hablar? Siempre hay que dejar cabida a la improvisación y a un cierto carácter sorpresa. Uno puede tener una ligera idea de lo primero que va a comentar, pero no puede saber lo que pasará después, si todo fuera tan previsible, podría ser aburrido. Yo no soy un informador, soy un conversador, por eso puedo tratar distintos temas y desviar la conversación según considere oportuno. De modo que abordaré todo tipo de materias y por supuesto haré recomendaciones, como a cualquier persona con la que pudiera hablar. Es posible que sea difícil, pero siempre que pueda recomendaré una canción o disco, un libro y una película.
Hablaré sobre la sociedad, sobre actualidad, pero generalmente serán hechos que me vayan ocurriendo en el día a día, desde mi particular punto de vista.

Tenía algo que decir y por ahora está dicho.

Canción: Where the streets have no name (U2)
Libro: La importancia de llamarse Ernesto (Oscar Wilde)
Película: La cortina rasgada (Alfred Hitchcock)